“Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya”
El Principito Antoine de Saint-Exupéry
He soñado con viajar al Espacio muchas veces, ver la Tierra desde lejos, sentir la ingravidez y ver las estrellas y los planetas más de cerca. El gran misterio del Universo me intriga y ocupa gran parte de mis pensamientos, sobre todo por la noche, cuando miro al cielo. ¿Cómo se creó todo esto? ¿Qué hay más allá de las estrellas que veo? ¿De verdad estoy en un planeta redondo colgando en medio de una gran masa oscura?
En nuestra vida cotidiana no nos planteamos constantemente estas preguntas porque seríamos muy desgraciados, ya que difícilmente les podremos dar respuesta.
Pero volvamos a lo importante, decía que me encantaría viajar al Espacio Exterior pero, por desgracia, y debido a las decisiones que he ido tomando en la vida… no creía que esto fuera a ser posible. Pues tengo que decir que me equivocaba. El domingo por la mañana, convencí a mi amiga Laura de acompañarme en mi aventura, y sin habernos preparado demasiado, allá que fuimos a iniciar nuestro viaje espacial.
Tuvimos varios percances, se nos salió una estrella de órbita y tuvimos que ir a buscarla en la nave espacial, pasando por nebulosas, agujeros negros y meteoritos, pero fue realmente gratificante.
Algunos ya sabréis de qué estoy hablando, otros pensaréis que el domingo abusé del frenadol, pero por instantes sentimos lo que un grupo de niñ@s de 2 y 3 años experimentaron durante 15 minutos.